De Estados Unidos a China, de España hasta Cuba, en salas de cine repletas, y en Festivales Internacionales de renombre el cine iberoamericano ha dado de que hablar este último año. El 2019 que termina ha sido uno de los años más destacados en la historia de nuestro cine.
`Roma`, de Alfonso Cuarón, `Pájaros de Verano`, de Ciro Guerra y Cristina Gallego, `Pacificado` de Paxton Winters, `La Trinchera Infinita`, del trío vasco Aitor Arregi, Jon Garaño y José María Goenaga, `Blanco en Blanco`, de Théo Court , `Dolor y Gloria`, de Pedro Almodóvar ... Estos son tan sólo algunos de los títulos que han dejado un año repleto de galardones y reconocimientos para nuestra industria.
La película del director mexicano que retrata la sociedad de su país en la década de los 70 a partir de los recuerdos de la infancia de Cuarón, comenzó el 2019 tal como había finalizado el año anterior, con una catarata de premios y ovaciones a nivel mundial. El primero de los galardones fue el Premio Forqué a Mejor Película Latinoamericana, seguido de un Premio Goya en la misma categoría; y viajó hasta lo más alto del escalafón mundial en febrero cuando en la 91ª entrega de los Premios Oscar de la Academia de Hollywood se alzó con tres estatuillas: Mejor Dirección, Mejor Fotografía, y Mejor Película de habla no inglesa. Su viaje no concluiría con ese prestigioso premio: el 2019 le tenía preparado 4 Premios BAFTA, dos Globos de Oro, y 5 Premios PLATINO, entre un total de más de 180 premiosa nivel global.
En el marco de los festivales internacionales más destacados del año, el cine iberoamericano fue uno de los grandes protagonistas no sólo de sus salas y proyecciones, sino también de sus palmareses.
La 69 edición de la Berlinale, celebrada del 7 al 17 de febrero, encumbró en su palmarés a los cortometrajes iberoamericanos Blue Boy, de Manuel Abramovich (Argentina, Alemania); Rise, de Bárbara Wagner y Benjamin de Burca (Brasil, USA, Canadá) y El tamaño de las cosas, de Carlos Felipe Montoya (Colombia). Además, otros cuatros largometrajes fueron premiados por los jurados de las secciones paralelas.
Unos meses después, en el Festival de Cannes, Antonio Banderas comenzó su 2019 recibiendo el Premio a Mejor Actor por Dolor y Gloria. Sin embargo, no fue Banderas el único encargado de ensalzar el cine iberoamericano. La dupla de directores brasileños Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles recibieron el Premio del Jurado por su filme `Bacurau` (´ex aequo´ con la francesa Los miserables), una respuesta satírica a la política derechista de Brasil. Por otro lado, César Díaz, oriundo de Guatemala, fue reconocido con el Premio Caméra d´Or a mejor primer largometraje por su film `Nuestras Madres`.
Fuera de competencia, en la `Sección Una Cierta Mirada`, el cine iberoamericano fue el gran protagonista del Festival, haciéndose con el triple podio: el premio principal lo ganó la película brasileña `A vida invisível de Eurídice Gusmão` del director Karim Aïnouz, mientras que los directores españoles Oliver Laxe (`O que arde`) y Albert Serra (`Liberté`) obtuvieron el Gran Premio del Jurado y el Premio Especial del Jurado respectivamente.
En el Festival de Venecia, más allá del ya sabido León de Oro de Honor que recayó en manos del director español Pedro Almodóvar por su destacada trayectoria, el cine iberoamericano también destacó entre los presentes. El cineasta hispano-chileno Théo Court obtuvo el premio a Mejor Dirección de la sección Horizontes por su película `Blanco en Blanco`, rodada entre Tierra del Fuego y Tenerife, protagonizada por el actor chileno Alfredo Castro, ganador del Premio PLATINO 2018 a Mejor Interpretación Masculina.
Court recibió el premio de manos del director uruguayo, y miembro del jurado, Álvaro Brechner (La Noche de 12 años). Ya el día antes había recibido un reconocimiento con el segundo premio de la Federación Internacional de Críticos de Cine (Fipresci), quedando por delante suyo con el primer premio nada más y nada menos que Roman Polanski.
Sin embargo, Court no fue el único galardonado del cine de nuestra región. La actriz española Marta Nieto obtuvo el Premio a Mejor Actriz en la Sección Horizontes por su papel protagonista en `Madre`, largometraje de Rodrigo Sorogoyen basado en su exitoso cortometraje con el mismo nombre que llevó al director español a los Oscars en supasada edición.
Por último, el director brasileño Ricardo Laganaro obtuvo el Premio de Venecia Clásico al mejor trabajo de historia inmersiva por su película de realidad virtual `A Linha`.
En el mismo mes, en San Sebastián, el cine iberoamericano volvió a ser el gran protagonista. La película brasileña `Pacificado` de Paxton Winters se llevó el premio principal, la Concha de Oro a la Mejor Película, y la Concha de Plata a Mejor Actor (Bukassa Kabengele) y el Premio del Jurado a la Mejor Fotografía (Laura Merians).
`La Trinchera Infinita`, del trío vasco, se fue del Festival con 4 grandes reconocimientos: Concha de Plata a la Mejor Dirección, Premio del Jurado al Mejor Guión (Luis Bermejo y José Mari Goenaga), Premio Feroz a la Mejor Película, y el Premio Irizar al Premio Vasco.
En el plano actoral, la actriz española Greta Fernández, se alzó con la Concha de Plata a Mejor Actriz por su brillante papel en `La Hija de un Ladrón`, de la directora catalana Belén Funes. Y uno de los Premios más importantes del Festival, el Premio Donostia, fue para la actriz española Penélope Cruz.
Aunque no fue sólo en la sección oficial donde hubo una fuerte presencia de nuestro cine. Además de las ya clásicas secciones de Horizontes Latinos, donde la película `De Nuevo Otra Vez` de la directora argentina Romina Paula obtuvo el Premio Principal, la película peruana `La Bronca` obtuvo la Mención Especial, la película documental argentina `La Ola Verde`, de Juan Solanas, se alzó con el Premio TVE Otra Mirada, y la película de la directora mexicana Fernanda Valadez se llevó el Premio de la Industria Cine en construcción por su película `Sin Señas Particulares`.
El cierre del año siguió dándonos grandes reconocimientos internacionales para un cine que rompe fronteras, va más allá de simples historias y se adentra en nuestras sociedades, contando historias reales. Reconocimientos en China y en Grecia para `O que Arde`, premios de la crítica de Estados Unidos para Antonio Banderas y `Dolor y Gloria`, el premio a la Mejor Película de Animación de los European Film Awards para `Buñuel en el Laberinto de las Tortugas`, de Salvador Simó ... y podríamos seguir contando.
El cine iberoamericano concluyó otro maravilloso año dejando el listón de nuestro cine bien alto, demostrando que con una historia que contar se puede movilizar al mundo, que Iberoamérica puede relatar vivencias que emocionan, que impactan, que destacan por sobre los demás. Porque el cine iberoamericano no trata del impacto visual, ni de enormes presupuestos; no trata de mega producciones. El cine iberoamericano trata de personas que comparten su cultura, sus historias, trata de cómo de algo pequeño se puede hacer una obra de arte.
¡Que viva el cine iberoamericano! Brindemos por un 2020 con más historias que contar.